Como si fueran jardines verticales, en los primeros meses del año se decora con macetas y plantas los patios en varios lugares de España, en especial en la región de Córdoba. Esta práctica cultural y tradicional de los jardines en los patios fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el 2012 unido al reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad, que ya tenía el centro histórico en 1994, como ejemplo sobresaliente de un conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje que ilustra etapas importantes de la historia de la humanidad, un híbrido arquitectónico que une muchos de los valores artísticos de Oriente y Occidente.

¿Cuál es su origen?

La mezcla de las culturas romana e islámica crea en las casas andaluzas espacios de evocación, de historia, arte y cultura, su disposición alrededor de patios que se decoran al gusto de quienes los habitan. La magia de los patios, es la fusión de plantas, agua, colores, olores, formas con un ritmo armónico, que logra una experiencia maravillosa, con un resultado de bellos jardines verticales.

Se dice que la colocación de las plantas en los patios se debía a un carácter religioso, de hacer ofrendas a los dioses o de homenaje a los fallecidos. Cada persona elegía la planta que para ella representaba la ofrenda y la ubicaba en un lugar del patio, llenándose de esta manera de plantas con flores en forma de adorno. También, se comenta que estas macetas se colocaban para tapar los desperfectos que con el tiempo se iban produciendo en las paredes o zonas del patio, así se fueron cubriendo todos los huecos libres en las paredes. Para ellos lo más importante es trasladar la naturaleza al interior de las casas.

El benévolo clima de esta región que fluctúa en el año entre 36 y 4 °C. (raras veces han visto nevar), les permite que durante todo el año puedan adaptar una gran diversidad de especies que para la época de mayo muchas de ellas están en plena floración.

Las macetas colgadas de las paredes blancas que conforman patios centrales en la vivienda privada, o patios comunales (de vecinos), antiguos o contemporáneos, callejuelas, edificios públicos, religiosos, institucionales y parques, son la propuesta de una variedad de jardines verticales acompañados de elementos como el pozo de agua, fuentes, caña y tarro de riego, pisos adoquinados, rejas y mobiliario que invita al descanso y a recrear constantemente la identidad de estos espacios y participar así en el Festival de los Patios Cordobeses.

Desde 1918 los cordobeses ya abrían las puertas de sus patios al público en 1921, se formalizó esta tradición y se celebró el primer Concurso de Patios, Balcones y Escaparates en la que participaron sólo los patios inscritos. Con algunas interrupciones, ya para 1988 se valoran aspectos como la iluminación natural del patio, las sendas, el cuidado y variedad de las flores. Las categorías de premios se ampliaron y se otorgan diferentes galardones como la conservación arquitectónica, uso del agua o incluso el esfuerzo vecinal.

Pero… ¿Quiénes son sus jardineros? Pues allí, los llaman “cuidadores”, siendo estos miembros de las propias familias que habitan las casas y que realizan actividades tales como: pintar macetas, encalar, sembrar, regar, podar, fertilizar, resembrar, mover, adecentar (acicalar, arreglar, engalanar, adornar, emperifollar, componer, asear, maquillar, es decir poner decente y presentable), faenas que en muchos casos implican la limpieza periódica de 100 a 400 macetas y que hacen parte de rituales constantes para poder exhibir ante miles y miles de visitantes sus patios en el mes de mayo, y que puedan estos apreciar el tesoro que guardan dichos espacios.

Fuente: Córdoba 24

La labor de los cuidadores fue reconocida por la comunidad en tres bellas esculturas que se conocen como el Monumento a los Cuidadores de los Patios, una obra del artista José Manuel Belmonte. Esculturas en bronce que muestran a una mujer que, con la tradicional caña con lata, riega las macetas de su patio, y las otras dos a un abuelo que entrega a su nieto una maceta para que continúe la tradición.

Consejos, secretos y trucos de “los cuidadores”

Sin duda, es una tarea que requiere de sacrificio, tiempo, ganas y sobre todo mucha pasión por esta tradición cordobesa. En un acopio general de los secretos para crear la atmósfera mágica y ultrasensorial que sobresale y se reitera:

  • Utilización de plantas viejas: “conservar un geranio con cuatro o cinco años” cuenta en el concurso.
  • El sitio donde se colocan zona de asoleamiento o sombra según las especies.
  • La extrema limpieza. El blanco de muros encalados y el color de cada maceta.
  • Debe tener un festival de colores en las macetas (índigo, marrón, rojo o sepia) y en sus flores (geranios, claveles, gitanillas, clavellinas, así como gamas de verde de los múltiples follajes).
  • Los aromas son importantes y representativos en Córdoba, allí no puede faltar el aroma de azahar, el de los naranjos y los limoneros, el romero y las plantas aromáticas populares (tomillo, hierbabuena, mejorana, hierbaluisa, laurel).
  • Desempolvar los muebles de madera antiguos.
  • Que no falte la música del agua, en fuentes, cantaros, pozos…
  • Conocer la necesidad de riego de cada una de las plantas.
  • El uso de fertilizantes orgánicos.
  • Y por último y el consejo más claro es: “Las plantas necesitan de mucho amor”.

De las especies…

La mirada hacia las especies no está marcada por el rigor de origen, es poca la flora autóctona, sin embargo, la gran diversidad y la disposición que le dan sus propietarios y cuidadores, han establecido unas características en los espacios con mucha armonía e identidad.

Por ejemplo, plantas representativas como las “gitanillas” (Pelargonium peltatum), mal llamada geranios (en España) tienen su origen en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, llegaron a España a mitad del Siglo XIX, y su adaptación y manejo hace que esta planta alóctona se convierta en un elemento característico de la cultura Andaluza, algo similar a lo ocurrido en Colombia con la cultura del café, proveniente de Etiopia.

Realmente se compensa y se disfruta cada una de las especies, éstas le han introducido cierta clasificación como patio verde, de grandes hojas de las palmeras y helechos, así como especies de los géneros Dieffenbachia, Colocasia, Sanseveria, Monstera, Kentia y la Aspidistra lurida (conocida allí como Pilistra).

Patio de flores: predominando “los novios” o geranios como le llamamos acá, son las gitanillas sudafricanas (Pelargonium peltatum), Pelargonium zonale (geranio) y el Pelargonium grandiflorum (geranio francés), las buganvillas americanas (Bougainvillea spp.) y claveles (Dianthus spp.), cinco variedades del Pelargonium crispum ‘Angeleyes’ y las petunias, Campanuláceas como el platycodon y clemátides, enredadera del género Clematis, entre otras que con variadas formas y colores establecen un jardín vertical muy especial (mágico).

Cuando los llaman mixtos introducen las plantas antes mencionadas y se suman árboles y arbustos como diamela, dama de noche, laureles, olivos naranjos, y jazmínes, entre otras especies ornamentales y aromáticas. En años recientes se comienzan a introducir por su fácil cultivo las plantas crasas o suculentas, donde predominan múltiples especies de los géneros Crassula, Sedun y algunos cactus como Schlumbergera truncata (el cactus de Pascua), Echinopsis chamaecereus (Cactus cacahuete), Brasiliopuntia brasiliensis (Chumbera brasileña) y especies del género Lampranthus.

Así mismo, algunas especies de los géneros Ficus, Aspidistra, Aloe, Asparagus, Hedera, Chlorophytum (cintas) y Kalanchoe, entre otras, son expuestas en las fachadas.

Hay joyas en estos patios que son reconocidas como “planta singular” por el Real Jardín Botánico de Córdoba, entre ellas una costilla de adán (Monstera sp.) de 10 metros de altura, algunas palmeras y jazmines.

“En esta tierra donde las másters en botánica popular son las abuelas, una legión de cuidadoras y cuidadores de patios sigue cubriendo paredes, suelos y balcones de flores”.

Rosa Marqués, Periodista. Los secretos de los cuidadores de los patios de Córdoba. 2020

De los lugares que ver…

Los denominados Patios de Córdoba se encuentran principalmente en el barrio de San Basilio. También, los encontramos en los barrios de Santa Marina, San Lorenzo (con su conocido patio Vesubio o patio azul), la Magdalena y en la Judería de la ciudad. Merece especial atención el recorrido por el Palacio de Viana que alberga doce patios en su interior, cada uno con su propia personalidad.

Además, la colección de los patios es tan amplia que abarca desde el Patio de Los Naranjos de La Mezquita-Catedral, hasta los patios más minúsculos. La Casa de las Campanas (Sede la Asoc. de Amigos de los Patios Cordobeses), Caballeros de Santiago, algunos ejemplos de patios cordobeses con rasgos mudéjares son el Patio Morisco del Alcázar de los Reyes Cristianos, las casas de los Ceas, los Aguayos y los Marqueses del Carpio.

En un aparte de la postulación a patrimonio inmaterial, realizada por la comunidad de Córdoba se expresa que “los Patios de Córdoba, símbolo de la ciudad y de su población, significan una manifestación que infunde un profundo sentimiento de identidad, define y expresa una manera de ser, de vivir y de relacionarse” (Junta de Andalucía, 2012).

La Unesco en su acta aprobatoria menciona “… La Fiesta de los Patios de Córdoba promueve la función del patio como lugar de encuentro intercultural y fomenta un modo de vida colectivo sostenible, basado en el establecimiento de vínculos sociales sólidos y de redes de solidaridad e intercambios entre vecinos, estimulando al mismo tiempo la adquisición de conocimientos y el respeto por la naturaleza” (ICOMOS, 1994).

El propio Machado en su prólogo a la edición de páginas escogidas, de 1917, se explica a sí mismo con estas palabras:

“Somos víctimas —pensaba yo— de un doble espejismo. Si miramos afuera y procuramos penetrar en las cosas, nuestro mundo externo pierde en solidez, y acaba por disipársenos cuando llegamos a creer que no existe por sí, sino por nosotros. Pero, si convencidos de la íntima realidad, miramos adentro, entonces todo nos parece venir de fuera, y es nuestro mundo interior, nosotros mismos, lo que se desvanece. ¿Qué hacer entonces?”. Antonio Machado (1917). La respuesta habrá de encontrarla el lector interesado en las páginas de Campos de Castilla”.

En Andalucía encontramos en cada pueblo una muestra representativa de esta tradición, como, por ejemplo: Estepona “el jardín de la costa del sol”. Un auténtico jardín en su conjunto. Sus callejuelas estrechas están llenas de macetas siguiendo un plan municipal de embellecimiento que unifica los colores y los tiestos, dotando al casco histórico de una belleza singular.

Calle de Frigiliana. Fotografía: Manfred Zajac en Pixabay

Calles de Frigiliana

Frigiliana “nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España” donde es un deleite caminar y perderse por sus callecitas estrechas y sinuosas de su centro histórico, mientras se observa la decoración de las casas encaladas con sus puertas o ventanas de diversos colores, azul, verde, rojo, entre otros, además de sus cuidadas macetas con flores.

Algunas Referencias Consultadas

https://www.traveler.es/viajeros/articulos/cuidadores-patios-cordoba-duenos-secretos/17832

Textos:

Giuliana Guerra Gómez
Sígueme

Fotografías:

Fotografías:

0
    0
    Tu carrito
    Tu carrito esta vacíoRegresar a la tienda