“Un obsequio que recibí, hace ya tiempo, marcó la curiosidad por conocer y divulgar este sitio”.
A esta bella tarjeta, le llaman “postales de naturaleza muerta” realizadas por el creador de este bello espacio: EL JARDIN DE LOS HELECHOS, en Santiago de Cuba. Obviamente son creadas utilizando las plantas procesadas de su jardín. Y con su gran gusto estético Manuel García Caluff o “Manolito” como lo llaman sus allegados y amigos; elabora a mano una por unas dichas tarjetas. Además de un souvenir muy exótico y original, su objetivo fue evitar la sustracción de ejemplares vivos del Jardín para que “cada quien pudiera llevar un pedacito del Jardín”.
Manuel García Caluff profesional de las bellas artes, diseñador, ilustrador botánico y artesano, es biólogo por afición o como él mismo dice: “soy autodidacta de la biología”. En su casa comenzó en el año de 1976 la colección privada y el gran jardín de helechos que es hoy, con adaptaciones de estanques y una exquisita construcción de senderos y muros, elaborada la mayoría de las veces, con los materiales del lugar (rocas, maderas, arboles existentes) logra el hábitat necesario para la permanencia de la enorme colección de helechos y sus plantas acompañantes de grupos tales como Aráceas, Bromelias, Cycadas, Gesneriáceas y Orquídeas, que se disponen en los troncos y ramas de árboles, tal como se encuentran en la naturaleza.
Los helechos son plantas primitivas y sensibles, con muchos requerimientos para su reproducción. Dada su limitada capacidad de adaptabilidad es necesario que sean recreadas, al máximo posible, las condiciones naturales de su entorno para su cultivo. Una alta humedad relativa, riego especializado dos veces al día, tres en los días más calurosos del verano; granizar una sistematicidad en los períodos de fertilización son sólo algunas de las innumerables necesidades que precisan estas efímeras especies para su conservación artificial.
Sin salir del asombro y maravillados por la existencia de este lugar, la presentación y descripción de “El Jardín los Helechos” queda en palabras de su fundador Manuel García Caluff y actual director Gustavo Shelton con los valiosos aportes de la bióloga Mónica Palacios Ríos y Richard Sánchez Hernández.
Este lugar de casi 3.000 m2 se encuentra a 15 minutos del Centro de la Ciudad de Santiago de Cuba en la vía que conduce al poblado de Caney, en la zona Sur-Oriental del país, entre las principales formaciones montañosas y en la mismísima falda de la Cordillera de La Gran Piedra, donde se concentra el 80% de nuestra diversidad pteridológica (Helechos y afines). Tal vez, la mayor particularidad es que el Jardín de los Helechos es a cielo abierto, lo que supone un reto aún mayor para la manutención de una diversidad tan amplia.
Foto Christian Pirkl – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=66501596
Con unas condiciones excepcionales creadas a una altitud de 30 m.s.n.m., el denso arbolado circundante que contrarresta la acción secante del viento y logra una temperatura promedio anual de 28 °C con una humedad relativa entre el 70 y 90 %. La idoneidad de estas condiciones naturales, conjuntamente con las condiciones artificiales creadas a lo largo de 45 años, se demuestra en que la colección actual supera las 450 especies de helechos, 228 son plantas autóctonas (15 endémicos y otros 6 posibles endémicos aún en estudio), provenientes de todas las regiones de Cuba, muchos de ellos en peligro de extinción, de las cuales 126 se reproducen espontáneamente (por esporas) en el Jardín. Alcanza un inventario de 1.900 especies botánicas entre la diversidad pteridológica.
Una formación continua de sus jardineros y profesionales encargados del Jardín, ha logrado su excelente desarrollo y actividades desde el riego hasta la investigación en la difícil tarea de reproducción de muchas de estas especies.
El objetivo fundamental del Jardín de los Helechos es el estudio integral de las pteridofitas de Cuba. Este estudio comprende aspectos tales como la sistemática, la ecología, la fitogeografía, la etnobotánica, la conservación y la horticultura de sus especies nativas, haciendo énfasis en las posibilidades docentes del Jardín y en su potencial como centro promotor de la educación medioambiental.
El incremento en plantas, la diversidad de requerimientos de mantenimiento y el creciente número de visitantes hicieron que su creador donara en 1984, a la entonces Academia de Ciencias de Cuba, el fruto de ocho años de trabajo consistente en una colección viva de más de 1.000 plantas y un herbario especializado que entonces contaba con unos 650 números, consciente de que el entretenimiento emprendido se iba por encima de sus posibilidades, unido a su deseo de que el Jardín tuviera un mayor uso social.
El Jardín de los Helechos facilitó a su vez el nacimiento del Jardín Botánico de Santiago de Cuba, ya que allí recibieron entrenamiento los primeros 15 jardineros y se formaron las primeras plantas, todos los cuales se trasladaron a su terreno propio tan pronto como el mismo fue asignado por el Estado.
El Jardín está dividido en áreas ecológicas y de interés en forma de catálogo en las que se destacan: la colección de Helechos arborescentes, el patio frontal, la colección de Cicadáceas, el grupo de los Helechos cultivados y los Helechos de paredones calizos.
Actualmente cambian las circunstancias del Jardín de los Helechos, fue entregado el herbario (con más de 9.000 muestras) al Estado y el Jardín vuelve a ser una colección privada. Manuel G. Caluff su familia y su vivienda, continúan siendo parte del Jardín de los Helechos, un lugar para conocer como diría uno de los titulares que lo promueven; realizar un “Viaje a la jungla del Pleistoceno”.
Principales zonas del jardin de los helechos:
Helechos Arborescentes
Esta área posee 10 de las 25 especies reportadas para Cuba. Su posición a la entrada del Jardín le confiere a esta colección una distinción y un atractivo especial. Los Taxa de mayor interés botánico son Cyathea x calolepis (D.C. Eaton ex Hook.) Domin y Cyathea x wilsonii (Hook.) Domin, ambos híbridos naturales muy poco frecuentes
Patio Frontal
En los casi centenarios árboles de mango (Mangifera indica L.) se muestran numerosas epífitas (principalmente bromelias y orquídeas, aunque cabe resaltar la presencia de algunas cactáceas epífitas), la convivencia de plantas pertenecientes a grupos diversos, las adaptaciones ecológicas que poseen para ese modo de vida y sus sofisticados mecanismos de propagación.
Helechos Cultivados
Contiene los taxa autóctonos y exóticos comúnmente cultivados tanto en nuestro país como en el extranjero, haciéndose énfasis en la necesidad del conocimiento de nuestra pterido-flora y de su posible uso sostenible, empleando las especies cubanas con posibilidades ornamentales. Se brindan al visitante las técnicas hortícolas utilizadas para las pteridofitas, así como las diferentes formas de presentación que pueden emplear para sus plantas.
Helechos de Paredonos Calizos
Esta área reconstruye la pared inferior de un “mogote”, donde se resume agua constantemente y allí se presentan las pteridofitas epipétricas-calcífilas (conocidas como rupícolas o plantas “de roca”) principalmente del género Adiantum, algunas Tectarias y otras especies de plantas superiores. Esta área es además una muestra de jardinería vertical aprovechando un espacio reducido; su construcción estuvo inspirada en las ruinas de los cafetales franceses de La Gran Piedra. En el pasillo aledaño se exhiben las colecciones de especies de Begonias, Episcias y Saintpaulia.
Zona con Sombrío
Posee unos 500 m2 y contiene el grueso de la colección. La graduación de la iluminación se hace mediante una cobertura de Thunbergia grandiflora y de Cissus cisyoides (Bejuco Ubí) y de varios árboles frutales; esta cobertura crea condiciones favorables para la vida de las plantas esciófilas y mesófilas (poca y mediana luz). El área está delimitada por cortinas rompevientos de Aralia sp.
Helechos Acuáticos y Palustres
Aquí están representadas casi todas las especies propias de estos hábitats en Cuba. Las plantas se exhiben en estanques de piedra individuales y en tres pequeñas lagunas artificiales. Están presentes los dos únicos helechos palustres halófitos del país: Acrostichum aureum y A. danaeifolium. Otras especies notables, dulceacuícolas, son: Azolla caroliniana, conocido como “helecho mosquito” por su pequeño tamaño y los Equisetum, plantas afines a los helechos, consideradas “fósiles vivientes”.
Área de Estar
En esta área se realizan actividades docentes, científicas, sociales, festivas y con sus bancas coloniales son el lugar ideal para el reposo, el estudio y la meditación. Se encuentra a la sombra de añosos mangos literalmente cubiertos de plantas epífitas y trepadoras. Aquí se exhibe la colección de la familia Bromeliaceae.
Pasillo Exterior
Es la parte mejor iluminada del Jardín y donde se exhiben las especies heliófilas pertenecientes, principalmente, al género Thelypteris sección Cyclosorus. Aquí se encuentra además la colección de Platycerium y otros helechos semejantes como Aglaomorpha drynarioides; una representación de las plantas medicinales de uso común en Cuba, orquídeas trepadoras y un espacio dedicado a plantas xerofíticas entre las que se incluyen cactáceas y suculentas, así como varios helechos y selaginellas.
Patio Central
El Patio Central contiene las colecciones de orquídeas cubanas y exóticas, así como una muestra de jardinería tradicional cubana empleando envases de siembra inusuales, así como una representación de otras curiosidades botánicas para atraer la atención de los visitantes, en especial de los niños, como la “Piña Miniatura” (Ananas sp.), el “Granado Enano” (Punica nana ), el “Ají de Jardín” (Solanum pseudocapsicum), una “Planta Insectívora” (Nepenthes sp.), la “Orquídea de la Vainilla” (Vanilla planifolia) y un individuo de la “Palma Corcho de Cuba” (Microcycas calocoma).
En el ordenamiento y mantenimiento del Jardín de los Helechos se siguen criterios ecológicos. Para la fertilización de las plantas se emplean los residuos vegetales generados en la misma instalación y en sus alrededores; el control biológico de plagas se lleva a cabo por la rica fauna acompañante compuesta por numerosas aves, cubanas y migratorias, varias especies de lagartijas, varias de ranas, cinco especies de culebras, jaibas de río y numerosos invertebrados; esta fauna acompañante embellece y da vida al Jardín. Todos estos animales y plantas conforman un pequeño ecosistema de 3,000 m2 establecido durante 45 años de existencia y coexistencia.
Desde el punto de vista taxonómico la colección contiene representantes de las cuatro clases que conforman la División Pteridophyta así como de las familias, desde las más primitivas, como Psilotaceae, Equisetaceae, Selaginellaceae, Ophioglossaceae, Osmundaceae y Marattiaceae, hasta las más evolucionadas. Todas las plantas están etiquetadas, poseen su nombre científico, su área de distribución y un número de registro de datos. La gran mayoría de los tipos biológicos y ecológicos de las pteridofitas están asimismo presentes en el Jardín, desde los geofitas hasta los fanerofitas, incluyendo las epífitas y las lianas.
El Jardín posee una metodología propia para el cultivo de esporas (Caluff y Couso, 1983) que utiliza recursos naturales y reciclados; por esta vía se han obtenido reproducciones de especies endémicas, amenazadas, de interés económico y exóticas de alto valor ornamental o botánico.
En la colección viva se encuentran muchos taxa utilizados de algún modo por el hombre y entre ellos varios a los que la literatura les atribuye propiedades medicinales (Murillo, 1983; Roig, 1974). En los viajes de colecta al campo se hacen entrevistas para conocer el uso que la población hace de las pteridofitas.
Entre los 67 taxa exóticos merece destacarse la colección de Platycerium y otros helechos drynarioides, así como las de Selaginella, Davallia, Nephrolepis y la de Asplenium, del grupo conocido como de A. nidus, que son las más completas del país.
Como institución el Jardín esta indexado en la “Botanic Gardens Conservation International” para así adquirir la categoría de Jardín Botánico.
Con esta información deseamos dar a conocer el “Jardín de los Helechos” de Santiago de Cuba, mejor conocido entre los pteridólogos como “La Joya”, para que los puedan visitar los especialistas interesados en este grupo de plantas, dar a conocer su colección y mostrar el trabajo que lleva a cabo el Jardín.
El Jardín y Manuel García Caluff han sido galardonados con la única mención honorífica del Premio Iberoamericano de Medio Ambiente: Augusto González de Linares de la Universidad española de Cantabria; su trabajo descuella por la implementación de tecnologías en la conservación y mantenimiento de condiciones ambientales del jardín santiaguero.
Igualmente, reconocido por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba por sus aportes a la investigación básica como premisa para la gestión y sostenibilidad de los recursos naturales del país. Desde el año 2009 ostenta la doble excelencia de la Agricultura Urbana, máximo galardón que otorga ese movimiento nacional.
Sus estudios e investigaciones botánicas le han llevado a recibir numerosos galardones como el premio “Julián Acuña” otorgado por la Sociedad Cubana de Botánica.
Textos:
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