1. ¿Que son los jardines verticales?
Tratar de precisar qué es un jardín vertical, es casi tan complejo como poder definir que es un jardín. Para muchas personas, su jardín es simplemente una maceta con una planta ubicada en una ventana o en un balcón, y así sucesivamente, el número de plantas podrá pasar a 2, 3, 5,10, 20 o más de 100, casi sin un límite, como sucede en los jardines botánicos del mundo. En los jardines se mezclan las especies con diferentes tipos de contenedores, materos, sustratos y su distribución espacial, que ha llegado a través de la historia y las diferentes culturas, a definir por tanto múltiples y diversos estilos de jardines, todos ellos siempre supeditados a las condiciones climáticas naturales de cada región o bien a condiciones controladas al interior de invernaderos y estructura para tal fin.
Desde varios siglos atrás, alrededor de los grandes castillos, edificios institucionales o casas de la alta sociedad, se han recreado y adornado estos espacios con diferentes jardines, de formas geométricas, simétricas, orgánicas o mezclas de las mismas, tratando siempre de recordar y tener cerca de los hogares, la naturaleza que esta allá en los bosques o praderas de forma silvestre. De esta forma, cualquier espacio que esté disponible o libre, siempre será susceptible de ser ocupado por una planta ornamental o un conjunto de éstas para crear ese espacio que consideramos como un jardín.
Se siembran especies en terrenos planos, inclinados, en taludes, sobre rocas, troncos de árboles, estructuras como pérgolas, o bien adheridas a las paredes de las edificaciones y se pasa de lo horizontal a lo vertical. Cuando surgen las ciudades o grandes concentraciones urbanas, estos objetivos de tener la naturaleza cerca del hogar no escapan a ellos y las prácticas de jardinería son desarrolladas de forma “casera” y así, en la búsqueda de ocupar estos espacios verticales, se conforman paredes ajardinadas, cercos naturales, muros verdes, árboles con plantas adheridas, que bien podrían denominarse como JARDINES VERTICALES. Una característica común a estos estilos de jardinería, es que las plantas están sembradas directamente en la tierra o el suelo, o bien en contenedores con sustratos de siembra, a excepción de grupos como las plantas epífitas, que no requieren de estos sustratos. Y esta característica se convierte en un limitante a la hora de querer conquistar grandes y altos espacios verticales, en tanto el sobre peso se convierte en un riesgo.
Con el avance de las tecnologías y la implementación de nuevos materiales, se resuelven estas limitaciones, y es así como a partir de la década de los 80, surge el NUEVO CONCEPTO DE JARDINES VERTICALES, que de acuerdo con la literatura se atribuye al botánico francés Patrick Blanc.
Jardín vertical del Museo Quai Branly en Paris, diseñado por Patrick Blanc.
Jardín vertical Centro Comercial ARKADIA Medellín
Si bien, estas actuales tendencias pretenden definir o precisar un nuevo concepto de jardines verticales, desde la Revista DeJardines, consideramos válido que cualquier estrategia de siembra en espacios verticales, empleando materos, bolsillos, canastas, etc., con o sin sustrato, pueden ser considerados como “muros verdes”, “paredes ajardinadas” o simplemente “Jardines Verticales”.
2. ¿Cuáles son los principales tipos de jardines verticales que se usan en Colombia ?
Como hemos mencionado, la jardinería en vertical, puede tener múltiples combinaciones y opciones, con diferentes resultados. Sin embargo, los principales tipos que se observan en el país, pueden denominarse de la siguiente forma:
Jardín vertical natural:
Otra variante de este tipo de jardines, es cuando se emplean muros de piedra natural, y entre sus uniones se cultivan diferentes especies, como es el caso de muchos helechos o bien algunas suculentas o crasas, de géneros como Crassula y Kalanchoe.
Jardín vertical tradicional con soporte:
Su principal característica es que las plantas crecen directamente desde el suelo, o bien con el uso de alguna jardinera o matero ubicada a nivel de piso y las plantas se apoyan directamente en la pared o con la ayuda de una malla o estructura vertical (metálica o de madera) que guiará a las plantas trepadoras (conocidos como “muros verdes”). Entre las especies más comunes y que su sistema de raíces se adhieren a la pared esta la “uña de gato” (Ficus pumila) las cuales logran cubrir por completo casas y muros, al punto que pueden ocasionar daños, si la calidad de la pared no es la adecuada.
Por su parte las especies de “enredaderas o trepadoras” más comunes en Colombia, que se destacan por sus flores, están la Tumbergia azul (Thunbergia glandiflora), la lluvia de oro (Pyrostegia venusta, que florece en épocas de invierno ), el jade verde azul (Strongylodon macrobotrys), el jade rojizo (Mucuna bennettii), Lágrima de novia (Antigonon leptopus), Bacopa (Sutera cordata), Jazmín rosado (Jasminum polyanthum) y la copa de oro (Allamanda cathartica).
Sin embargo, se desconocen o raramente se utilizan especies nativas de igual belleza y potencial ornamental como son: las Pasifloras y curubas (Passiflora spp.), las Aristoloquias (Aristolochia spp.), Ojos de venado y congolos (Mucuna spp.), Cortapicos (Bomarea spp.) y las ayahuascas (Banisteriopsis spp.).
Jardín vertical tradicional en contenedores:
Este ha sido tal vez uno de las categorías de mayor tradición y antigüedad, cuando se habla de jardinería en vertical. Es el caso famoso de los jardines andaluces y cordobeses en España, (reconocidos como patrimonio inmaterial a nivel mundial) que engalanan paredes internas o exteriores de casas y calles, con coloridas plantas o de exuberante follaje, sembradas en diversos recipientes. En nuestro caso podrían compararse los coloridos corredores de fincas y casas antiguas, donde las plantas en canastas colgantes resaltan por su belleza y colorido. En este tipo de jardines verticales, las plantas requieren sustratos de siembra y se emplean recipientes que van desde botellas plásticas recicladas, trozos de guadua, tarros de metal, materos de madera, barro, plástico y cerámica. Para estos casos, el riego se realiza manualmente con regaderas o mangueras, que, si bien puede resultar algo dispendioso o lento, esto permitirá disfrutar periódicamente el crecimiento y evolución de cada una de las plantas del jardín.
Patio Casa, Municipio de Jericó.
Patio Cordobés – España
Este tipo de jardines verticales o “paredes ajardinadas”, donde normalmente las especies crecen verticalmente o erguidas, puede asociarse una variante para el caso de las plantas que por gravedad cuelgan o crecen hacia abajo, y frecuentemente son cultivadas en materos y jardineras, ubicadas en balcones y ventanas, “jardines colgantes”, que llegan a cubrir buena parte de las paredes o incluso alcanzan el piso inferior a estos. Ejemplo de estos son algunas especies de suculentas o crasas de los géneros Sedun, Aeonium y Crassula, así como los comunes y muy utilizados “Miamis” (Epiprennum aureum).
Jardínes verticales sobre elementos modulares:
A este tipo de jardines corresponde aquellos muros o paredes construidos con elemento modulares prefabricados, por ejemplo, ladrillos de cemento en forma de matero para almacenar el sustrato (Ladrillos tipo “vivero”). Generalmente por su gran peso no cubren varios niveles o pisos y requieren dejar un espacio entre la pared y el nuevo muro para evitar humedades. En otras ocasiones estos elementos son de plástico, igualmente en forma de una pequeña maceta y se colocan en forma repetida o modular permite cubrir áreas pequeñas y medianas. Dependiendo del tamaño de estos jardines se pueden emplear sistemas de riego manual o automáticos con temporizadores. Si bien es una técnica que fue empleada algunos años atrás, tiende a entrar en desuso por su considerable peso y demanda de materiales de construcción.
Jardines verticales “modernos” (e innovadores):
En esta última categoría de jardinería vertical que está a la vanguardia, se encuentran las técnicas desarrolladas desde hace unas 3 a 4 décadas, con el empleo de telas especiales para tal fin. A su vez, se trata básicamente de dos técnicas: los denominados bolsillos de geotextil (Bolsas de cultivo) que necesitan sustratos de siembra o tierra “preparada” y los sistemas hidropónicos, compuestos por dos capas de tela no tejida, que no requieren sustrato de siembra, pero sí, casi obligatoriamente, de un sistema de riego (manual, automático o incluso computarizado).
Los bolsillos de geotextil, vienen en presentaciones desde un solo bolsillo hasta módulos extensibles con 3, 6, 12 o más espacios de siembra. Estos bolsillos son apropiados para ser empleados de forma casera o en pequeños espacios. En caso de querer cubrir mayores áreas, se requiere de estructuras de soporte separadas de los muros, impermeabilización de las paredes o fachadas y muy seguramente de un sistema de riego. Estos bolsillos son considerados un método seguro porque al contar con tierra, las plantas pueden vivir de forma más autónoma.
Por su parte, los sistemas hidropónicos como se ha mencionado, ofrecen otras ventajas que han permitido cubrir grandes áreas y alturas de edificaciones por encima de los 100 y 150 metros. Estos sistemas están conformados generalmente por: una estructura metálica liviana, el espacio de ventilación entre la pared y la estructura, una capa de impermeabilización, las dos telas que contienen y protegen las raíces y un sistema de riego con tanques de almacenamiento y reserva. Sin embargo, la dependencia del sistema de riego, el monitoreo del pH y la conductividad del agua, así como un plan de fertilización, le confieren cierto riesgo y, por consiguiente, cuando se trata de grandes áreas o fachadas, estos requieren del diseño, construcción y manejo por parte de profesionales y expertos en el tema. No obstante, al interior de viviendas y oficinas, por ejemplo, en balcones, patios o pequeñas fachadas, la tarea puede ser sencilla y disfrutar de un jardín vertical será una experiencia fascinante y muy gratificante.
Un jardín vertical hidropónico cuenta con beneficios físicos inmediatos como la purificación del aire, el aislamiento térmico y acústico. Adicionalmente, proporciona un ambiente interior saludable, aumenta la sensación de bienestar, favorecen la biodiversidad en tanto se puede manejar una mayor densidad de plantas, y transforma los espacios en un entorno tranquilo y armónico. Por otro lado, valoriza las propiedades y alarga la vida útil de las fachadas.
Jardines verticales “modernos” (e innovadores):
En esta última categoría de jardinería vertical que está a la vanguardia, se encuentran las técnicas desarrolladas desde hace unas 3 a 4 décadas, con el empleo de telas especiales para tal fin. A su vez, se trata básicamente de dos técnicas: los denominados bolsillos de geotextil (Bolsas de cultivo) que necesitan sustratos de siembra o tierra “preparada” y los sistemas hidropónicos, compuestos por dos capas de tela no tejida, que no requieren sustrato de siembra, pero sí, casi obligatoriamente, de un sistema de riego (manual, automático o incluso computarizado).
Los bolsillos de geotextil, vienen en presentaciones desde un solo bolsillo hasta módulos extensibles con 3, 6, 12 o más espacios de siembra. Estos bolsillos son apropiados para ser empleados de forma casera o en pequeños espacios. En caso de querer cubrir mayores áreas, se requiere de estructuras de soporte separadas de los muros, impermeabilización de las paredes o fachadas y muy seguramente de un sistema de riego. Estos bolsillos son considerados un método seguro porque al contar con tierra, las plantas pueden vivir de forma más autónoma.
Por su parte, los sistemas hidropónicos como se ha mencionado, ofrecen otras ventajas que han permitido cubrir grandes áreas y alturas de edificaciones por encima de los 100 y 150 metros. Estos sistemas están conformados generalmente por: una estructura metálica liviana, el espacio de ventilación entre la pared y la estructura, una capa de impermeabilización, las dos telas que contienen y protegen las raíces y un sistema de riego con tanques de almacenamiento y reserva.
Sin embargo, la dependencia del sistema de riego, el monitoreo del pH y la conductividad del agua, así como un plan de fertilización, le confieren cierto riesgo y, por consiguiente, cuando se trata de grandes áreas o fachadas, estos requieren del diseño, construcción y manejo por parte de profesionales y expertos en el tema. No obstante, al interior de viviendas y oficinas, por ejemplo, en balcones, patios o pequeñas fachadas, la tarea puede ser sencilla y disfrutar de un jardín vertical será una experiencia fascinante y muy gratificante.
Un jardín vertical hidropónico cuenta con beneficios físicos inmediatos como la purificación del aire, el aislamiento térmico y acústico. Adicionalmente, proporciona un ambiente interior saludable, aumenta la sensación de bienestar, favorecen la biodiversidad en tanto se puede manejar una mayor densidad de plantas, y transforma los espacios en un entorno tranquilo y armónico. Por otro lado, valoriza las propiedades y alarga la vida útil de las fachadas.
Textos:
- Abonos orgánicos mineralizados, una alternativa para el futuro - septiembre 2, 2023
- Bromelias, cardos, quiches, piñuelas y melenas: las plantas del aire y la lluvia - septiembre 2, 2023
- Plantas tóxicas: mito o realidad - noviembre 24, 2022
Asesor:
- Pasifloras bellezas de la naturaleza - noviembre 22, 2022
- Guía de manejo y cultivo de Pasifloras - noviembre 22, 2022
- Los jardines verticales, una tendencia con historia - junio 23, 2021
Asesor:
- Los jardines verticales, una tendencia con historia - junio 23, 2021