Las pasifloras en su gran mayoría son plantas trepadoras y por este motivo requieren ser plantadas cerca de otra planta arbustiva o arbórea que le sirva de tutor para poderse desarrollar, también es posible construir estructuras tipo espaldera o emparrado, como se hace en los cultivos comerciales, pero la forma combinada es decir tutor vivo ayudado con estacones a los lados para mantener las plantas enrolladas en la parte baja del árbol o arbusto tutor.
Propagación
Las pasifloras pueden ser propagadas genéticamente o vegetativamente con muy pocos problemas. Las técnicas más usadas para realizar una propagación exitosa son por semilla o por esquejes.
Semillas
Las semillas pueden ser obtenidas ya sea de marcas comerciales o a partir de frutos cosechados. Las semillas de muchas especies necesitan una temperatura de suelo al menos de 25°C en combinación con humedad en el suelo. Para un exitoso y rápido crecimiento, las plántulas necesitan al menos 10 horas de luz, cuando estas condiciones no se presentan naturalmente se recomienda el uso de luz artificial

Los mejores resultados en muchas especies se obtienen a partir de semillas secas recientes, sin embargo, en ocasiones no se han encontrado diferencias en usar semillas frescas, pero en muchos casos la germinación de este tipo de semilla se demora algunos meses. En comparación, el uso de semillas viejas o con periodos muy largos de almacenamiento rara vez se encuentran viables.
Si las semillas son obtenidas de frutos, los arilos deben ser removidos. Esto se logra frotando las semillas con arena o realizando varios lavados bajo el grifo. Bajo condiciones de humedad y altas temperaturas pueden generarse propagación de hongos si han quedado residuos de arilo. Para ello, se recomienda secar las semillas sobre papel periódico después del lavado.
En especies como P. popenovii y P. gustaviana, las semillas se extraen del fruto con arilo y así frescas, se plantan directamente sobre sustrato como se indicará a continuación.
Los sustratos usados deben ser bajos en nutrientes y libres de microorganismos o estériles. Preferiblemente, las semillas crecen en mezclas de arena, turba y suelo todo en partes iguales, o se puede reemplazar la arena por grava o perlita haciendo el suelo más poroso.
La germinación de las semillas puede durar entre 10-28 días esto depende del grado de madurez y edad de cosecha de las semillas, aunque en ocasiones la germinación puede durar un poco más. Una vez las plántulas hayan empezado a crecer, se pueden mantener en los semilleros hasta que alcancen unos 5 cm de longitud. Pasado este tiempo, las plántulas pueden ser transportados a potes individuales teniendo cuidado de no maltratar las raíces y se recomienda realizar riego ojala por aspersión dos veces al día (Ulmer & MacDougal 2004).
Esquejes
La propagación por esquejes es una práctica simple y muy usada. La propagación vegetativa garantiza que las plantas especialmente híbridas mantengan sus características genotípicas.
Las pasifloras crecen rápidamente y ofrecen ilimitado material para realizar esquejes. Los mejores resultados son obtenidos con esquejes de un año de crecimiento. Fragmentos terminales (siempre y cuando no sean muy blandos) y del medio de los brotes son recomendados para realizar esquejes. El tamaño debe ser entre 5-12 cm de largo y contener de 2-3 nodos y deben remover zarcillos, pedúnculos o brotes que puedan estar presentes, y hojas viejas que puedan generar enfermedades al momento de la siembre
Los esquejes requieren una temperatura de 25°C para enraizar y se necesita garantizar una buena humedad relativa.

En cuanto a los potes de siembra, es aconsejable usar sustratos porosos pero que garanticen estabilidad para que las raíces puedan desarrollarse adecuadamente. De igual forma, para ofrecer estabilidad a la planta y soporte a los zarcillos se requiere de un tutor o una varilla ya sea artificial o natural que suministre un sustrato de soporte a los zarcillos y tallos.
En este periodo de enraizamiento se recomienda realizar fumigaciones con fungicidas a bajas concentraciones y se debe garantizar suficiente luz pero no sol directo (Ulmer & MacDougal 2004).
Poda
Debido a la forma de crecimiento de la mayoría de las pasifloras, como enredaderas o lianas, la poda y el direccionamiento de la planta son importantes sobre todo cuando se cuenta con poco espacio.
Para la poda se recomienda no realizar cortes muy excesivos, debido a que muchas especies de pasiflora son de lento crecimiento. Como regla general, las plantas pueden ser podadas entre un 1/2 o 1/3 de su longitud original, y se recomienda siempre dejar hojas que se encuentren en buen estado verdes y sin aparente ataque de patógenos. Por otro lado, las podas se pueden realizar en periodos secos evitando los periodos de mucha lluvia que pueden traer consecuencias como susceptibilidad mayor al ataque de hongos y bacterias (Ulmer & MacDougal, 2004).

Gráfico 1. Podas controladas de plantas de pasiflora. Planta sin podar, Planta con poda de 1/2 y poda de 1/3 de su longitud (Ulmer & MacDougal, 2004).
Fertilización
Las pasifloras necesitan de procesos de fertilización regularmente cuando se encuentran en etapa de crecimiento vegetativo. Por ello, hay varios fertilizantes que sirven para esta labor. Los fertilizantes minerales contienen en su fórmula una amplia gama de nutrientes y oligoelementos, se pueden conseguir en forma líquida o granular. Un prerrequisito para el óptimo crecimiento y florecimiento es una continua fertilización en intervalos regulares para que la planta siempre tenga nutrientes disponibles, teniendo precaución de adicionar las cantidades adecuadas.
Los nutrientes nitrógeno, fósforo y potasio deben poseer las siguientes concentraciones: Nitrógeno (N) 10-12%, Fósforo (P2O5) 8-12% y Potasio (K2O) 10-12 %. Durante el periodo vegetativo la adición de 1-2 g por litro de agua puede ser aplicada al riego una vez a la semana o según las indicaciones del producto. Sin embargo, el uso de diferentes tipos de fertilizantes puede ser aplicado dependiendo del estado en el que la planta se encuentre. Para estado vegetativos o cuando la planta se encuentre en crecimiento se recomienda el uso de fertilizantes foliares con altas proporciones de nitrógeno al menos 20% para una adecuada formación de nuevos brotes y hojas. Después de algunas semanas, los contenidos de fósforo y potasio deben ser aumentados entre 18-25% mientras que los contenidos de nitrógeno son reducidos. Este cambio en las concentraciones de los nutrientes favorece la floración y fructificación.

Los excesos en los fertilizantes también son una práctica frecuente pero errónea. Cuando el suelo contiene grandes cantidades de fósforo o potasio, otros oligoelementos importantes como el hierro no se encuentran disponibles para las plantas. Adicionalmente, la sobre fertilización puede resultar en aumento en las concentraciones de sales, llevando al rápido marchitamiento de las plantas (Ulmer & MacDougal 2004).

Las plantas también absorben nutrientes a través de sus hojas y aunque este tipo de fertilizantes es suplementario no deben reemplazar los otros tipos de fertilización en suelo. Para este tipo de fertilización se recomienda realizarlo en horas de la mañana o en la tarde-noche y en concentraciones 0.05% para evitar quemaduras en las hojas.
Adicionalmente, también se pueden usar fertilizantes de liberación lenta, esto permite un mayor distanciamiento en los tiempos de fertilización y basta con una sola aplicación. Con esta técnica las plantas obtendrán los nutrientes requeridos y gracias a la liberación lenta de nutrientes los casos de quema son muy escasos. Este tipo de fertilizantes son aplicados directamente al sustrato o mezclados ligeramente con el sustrato.
Las plantas que exhiben un incremento en el número de hojas amarillas están sufriendo posiblemente de clorosis, una condición causada por la ausencia de nutrientes. La clorosis puede ser causada por niveles de pH demasiados altos, frecuentemente debido a cantidades de limo o agua en el suelo. Los niveles de pH extremos causan que los nutrientes y minerales no se encuentren disponibles para las plantas. Sin embargo, no siempre los procesos de amarillamientos son causados por este tipo de situaciones. También son causados por sobre fertilización, anegamiento, sequías seguido por riego excesivo, ausencia de luz, ataque de patógenos o contaminación con herbicidas.

Suelo

Bajo condiciones naturales las pasifloras generalmente crecen en suelos pobres y se pueden encontrar creciendo al lado de las carreteras. Por esta razón, descuidar el cuidado de las plantas de pasiflora puede que no tenga una influencia considerable sobre el cultivo.
Se pueden encontrar plantas creciendo en suelos lateríticos, suelos pobres en sílice y ricos en hierro y aluminio con colores típicos rojos, como suelos arcillosos productos de la meteorización de las rocas, donde muchos de los nutrientes ya han sido lavados por las lluvias.
Sustratos de siembra comerciales funcionan bien para el cultivo de estas plantas, mezclas con vermiculita, perlita, arena en la base de los sustratos de siembra permiten una buena aireación. Los procesos de encharcamiento en la zona radicular generan pudrimiento y ataque de hongos resultando la muerte en pocos días de la planta.
La formación de relaciones mutualistas con hongos formadores de micorriza, contribuyen a una mejor absorción de nutrientes, agua y protección contra enfermedades. Adicionar, endo-ectomicorrizas comerciales puede potencializar estos efectos benéficos.
Los niveles de pH ácidos son favorables, rangos entre 6-6.5 pueden funcionar bien para estas plantas. Cuando el pH se encuentra demasiado alto es recomendable adicionar turba (Ulmer & MacDougal 2004).
Riego
Para un buen desarrollo de las pasifloras además de un suelo fértil y bien drenado se debe suministrar el agua necesaria, principalmente en época de verano, pero nunca que se produzcan encharcamientos pues las pasifloras son muy susceptibles al exceso de humedad.
Labores adicionales de mantenimiento
Las pasifloras se deben mantener libres de hierbas alrededor de la base de la planta para lo cual se realiza una limpieza manual y no utilizar herramientas que pueden estropear las raíces que se desarrollan superficialmente.
Estas plantas son atacadas con mucha frecuencia por larvas de lepidópteros y algunos escarabajos que atacan el follaje causando retrasos en el crecimiento y cuando son ataques fuertes y frecuentes pueden producirles la muerte.
Pestes y enfermedades
Para garantizar un sistema bien balanceado en el que la planta prospere se debe tener en cuenta la protección de las plantas anti-patógenos y enfermedades. Para ello, es necesario proveerle a la planta las condiciones adecuadas de temperatura, luz, humedad relativa, riego, suelo y nutrición. Tan pronto como alguno de estos factores no se encuentre balanceado, las plantas son susceptibles o vulnerables a organismos como hongos, bacterias, virus o pestes.
Detectar las enfermedades desde temprano y asegurarse del tipo de infecciones, son situaciones importantes a la hora de seleccionar los biosidas. Rotar la aplicación en el tipo de químicos también reduce el riesgo de resistencia, así mismo, se recomienda aplicar los productos primero sobre una pequeña parte de la planta para observar si existen reacciones adversas.

Comercialmente, se encuentran una gran variedad de compuestos químicos e ingredientes activos útiles para el control de estas enfermedades. Lo más recomendable para el uso de estos productos es siempre seguir las recomendaciones, dosis, frecuencia y formas de aplicación que el fabricante recomienda.
Las pasifloras son atacadas por plagas como áfidos, escarabajos, gusanos cortadores, cochinillas, nematodos, ácaros, trips, gorgojos, orugas de mariposas, bacterias, hongos y virus, que sin un cuidado y manejo adecuado, la planta puede llegar a morir.
Bibliografía
Escobar, L.K. 1988. Passifloraceae. Flora de Colombia No. 10. Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. 138 p.
Escobar, L.K. 1991. La sistemática y evolución de las pasifloras en Primer simposio Internacional de Passifloras, Palmira, Colombia.
Hernández, A. & N. García. 2006. Las pasifloras. Pp. 583-657. En: García, N & G. Galeano (eds.). Libro Rojo de Plantas de Colombia. Volumen 3: Las bromelias, las labiadas y las pasifloras. Seria Libros Rojos de Especies Amenazadas de Colombia. Bogotá, Colombia. Instituto Alexander Von Humboldt- Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
Ulmer, T & J. MacDougal.2004. Passiflora. Passion flowers of the world. Timber Press. Portland-Cambrige. 430 p.
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